Las primeras rivalidades importantes surgieron casi al comienzo de la historia del club, estas eran con los tradicionales (y entonces dominadores de la liga) clubes españoles: Asturias y España, esta situación estaba enmarcada por la singularidad que caracterizó a la institución en sus primeros años, y era la de ser el único equipo en la Liga Mexicana que estaba integrado en su totalidad por jugadores mexicanos; dicha situación contrastaba con el resto de los clubes formados en su mayoría por extranjeros.