Se utilizaban camisetas de algodón abotonables, las cuales no presentaban mayor personalización más allá de la numeración reglamentaria, que entonces era bordada en tela en la espalda del jugador. Esa zona era denominada, antes de elegir el lugar en el que se iba a construir el campo, Balastera o Balastrera, por la gran cantidad de balasto o balastro que había depositada en ella.